LA PUBLICIDAD DE LA CENTRAL
Preguntar si has visto un comercial de la Central es como preguntar si acaso ves televisión. Con mayor frecuencia y duración se ven avisos comerciales de nuestra Universidad. ¿Es algo que nos debería enorgullecer o, por el contrario, algo que nos debería preocupar?
A mi me preocupa por dos motivos; primero, por el alto costo que tiene el segundo en televisión (una millonada). Quizás con cuantos aranceles de nosotros financian todo eso. Con lo que se gasta en publicidad se podrían mejorar muchos aspectos de la universidad, desde mesas hasta el número de profesores con doctorado, en fin, recuperar prestigio; segundo, porque mucha de esa publicidad es una falsedad.
En las campañas de admisión vemos slogan como: ser justo es central (2005); ayudar es central (2007); serán conquistadores, lideres, descubridores.
En 2007 un reclame mostraba a un alumno de Ing. Comercial paseándose por la facultad de Ciencias Sociales como si fuese su facultad (adjunto al final). Que decepción se llevaría el que llegue al derruido y ruidoso Almagro 1 y 2. Qué injusticia encontrarán los que se matricularon y, sin el menor cambio en el contrato de prestación de servicio, la universidad les haya reducido sus espacios y aumentado los ruidos. No extraña que derecho haya demandado más de una vez a la Universidad. ¿Que ayuda reciben los que tienen tope de horario, o los que simplemente no pueden tomar ramos por problemas administrativos? Ser conquistador, líder, descubridor, es algo que probablemente ninguna universidad pueda enseñar.
Con respecto al problema de la publicidad, a mi juicio engañosa, del comercial realicé ciertas acciones. La primera fue una denuncia en el Sernac. La universidad se defendió diciendo que no era engañosa, porque el alumno jamas dice que está en la facultad de C. Económicas y Administrativas, lo cual fue valido para el Sernac. Para mi, un acto anti-ético, de pararse justo en el límite de lo legal.
Otra acción fue una denuncia por ruidos en el ministerio de salud. Meses despues, me llegó una carta diciendo que fueron a hacer una medición, y descubrieron que los decibles estaban por sobre la norma. Supongo que les habrán multado. Seguramente una cifra infima, y ya presupuestada por la administración.
Cuando uno esta enfermo, el doctor ataca la enfermedad (la causa), y no el síntoma, como lo haría un chaman. Éste sólo engaña al sensor, para que no dé alarma. Estaremos bien por un rato, y de un momento a otro, nos llega el guadañazo. Este principio no sólo se aplica al cuerpo humano, sino a todo tipo de sistemas.
Las empresas también se enferman, lo hacen cuando baja la calidad del servicio en relación a la competencia. No basta con mantenerse, porque si las otras empresas dan un paso adelante, es lo mismo que si uno diera un paso atrás.
La Universidad Central tiene un cancer. El síntoma es que la gente no quiere entrar, ¿Por qué? Porque la empresa ha estado vendiendo docenas de sólo 9 manzanas, y algunos echaron de menos las 3 que faltan para la docena. Es aquí donde atacan el síntoma y no la enfermedad, ante la baja en la demanda bajan los puntajes de admisión y tapizan santiago de publicidad. Da muestra de una mala planificación estratégica en el pasado. De no haber dado el paso adelante antes que el resto. La publicidad y los bajos puntajes son una anestesia. Y ahora la cura esta en, ya no dar un paso adelante sino dos, porque el prestigio de la Universidad Central en relación a la competencia ya ha caído. Lo peor de todo es que parecen contentarse con no sentir dolor. No se ve voluntad de querer recuperar lo perdido ¿y para qué? Si los clientes siguen llegando. Es la visión cortoplacista imperante en los “emprendedores” chilenos.